5 Errores comunes al empezar un proceso de cambio

Cambiar no es fácil. Tampoco es rápido. Ni cómodo. Y cometer errores comunes en este proceso es inevitable, al igual que el cambio. Llega un momento en el que algo adentro pide otra cosa, aunque todavía no sepamos bien qué. Empezar un proceso de cambio personal o emocional puede sentirse como un salto al vacío… o como el principio de algo muy poderoso.

Lo que no siempre se dice es que el cambio, por más deseado que sea, también despierta dudas, miedos y autoexigencias. Y si no estamos atentos, podemos cometer errores que no solo nos frenan, sino que nos alejan del verdadero propósito del proceso: transformarnos con sentido y desde la autenticidad.

En este artículo te comparto los 5 errores más comunes al empezar un cambio, para que puedas reconocerlos, evitarlos y avanzar con más claridad y compasión hacia eso que querés construir.


1. Empezar desde la exigencia (en vez de desde el cuidado)

Uno de los errores más comunes al empezar un cambio es querer cambiar desde el rechazo a lo que somos. Empezamos porque “no nos bancamos más”, porque “no nos gusta cómo somos”, porque “algo está mal”.

El problema es que cuando intentás cambiar desde el castigo, lo que estás haciendo es exigirle a una versión tuya que ya está agotada, que rinda más. Y eso nunca funciona a largo plazo.

💬 Ejemplo: Decidís “cambiar de vida” porque estás quemado. Pero en vez de descansar o pedir ayuda, te anotás en mil cursos, forzás hábitos nuevos y te saturás aún más.

🔁 Alternativa saludable: Empezá desde el cuidado. Preguntate: ¿Qué necesito en serio? A veces el primer cambio no es acción, sino pausa.


2. Querer resultados inmediatos

Otro clásico: empezamos con entusiasmo, hacemos todo bien una semana… y si no vemos resultados, entramos en frustración. Nos olvidamos de que todo proceso profundo necesita tiempo, práctica y adaptación.

💬 Ejemplo: Empezás a meditar, y como a los tres días no estás zen, sentís que “no te funciona”. O cambiás tu alimentación y a la semana no ves cambios en el cuerpo y pensás en abandonar.

🔁 Reencuadre realista: En vez de buscar resultados inmediatos, buscá señales de avance: un pensamiento distinto, una emoción mejor gestionada, una reacción más consciente. Eso también es progreso.


3. Compararte con otros que “ya lo lograron”

En los primeros pasos del cambio es muy fácil mirar al costado. Y ahí, muchas veces, aparece la comparación: “ella ya lo tiene resuelto”, “ellos cambiaron más rápido”, “yo debería estar más avanzada”. Pero cada proceso es único, porque cada historia lo es.

💬 Ejemplo: Estás saliendo de un trabajo que ya no te llena, y en vez de enfocarte en tus pasos, empezás a seguir a personas que parecen haber hecho ese mismo cambio “a la perfección”. Resultado: ansiedad, frustración, y sensación de que lo tuyo no alcanza.

🔁 Recordatorio clave: Compararte solo te aleja de vos. Tu ritmo, tu historia y tu forma de cambiar tienen valor en sí mismas. No necesitás parecerte a nadie para que tu transformación sea válida.


4. No apoyarte en nadie (hacerlo todo solo/a)

Muchas veces creemos que cambiar es algo íntimo y que tenemos que poder solos. Pero la verdad es que cambiar sostenida, acompañada o inspirada por otros hace toda la diferencia. No es debilidad pedir ayuda, es fortaleza emocional.

💬 Ejemplo: Querés cambiar un patrón emocional fuerte (como no poner límites), y aunque te sentís desbordado, no hablás con nadie, no buscás apoyo profesional ni te permitís compartir lo que estás transitando.

🔁 Otra forma posible: Buscá tu red: un amigo, un terapeuta, un curso, una comunidad. No estás solo, y no tenés que cargar con todo solo para que sea válido tu proceso.


5. No revisar las creencias que te trajeron hasta acá

Muchas veces intentamos cambiar hábitos o situaciones sin revisar lo más profundo: las creencias que nos sostienen (y muchas veces nos limitan). Sin ese paso, todo cambio corre el riesgo de ser superficial o insostenible.

💬 Ejemplo: Querés cambiar de trabajo porque no te sentís valorado, pero seguís creyendo que “tener seguridad es más importante que sentirse bien”. Entonces dudás, te saboteás, o aceptás condiciones que no querés solo por miedo.

🔁 Clave transformadora: Preguntate:

  • ¿Qué creencias me están limitando?
  • ¿Quién me enseñó eso?
  • ¿Sigue siendo cierto para mí hoy?

Cambiar también es cuestionar lo que alguna vez creíste que era “la única forma posible de vivir”.


Cambiar no es corregirte, es reconocerte

Cambiar no es arreglar lo que está roto. Es escucharte de otra manera, reconocer que algo ya no encaja, y tener la valentía de construir algo distinto. Pero para que ese cambio sea real y sostenible, hace falta hacerlo con presencia, con compasión y con intención.

Evitar estos errores comunes no es garantía de que todo será fácil. Pero sí te va a permitir que el proceso de cambio sea más consciente, más liviano y más tuyo. 💯

Y si sentís que necesitás apoyo para este momento, te invito a conocer las herramientas y recursos que comparto en el blog. No estás solo, y no tenés que hacerlo todo desde cero.

👉 Explorá más en: Recursos para crecer personalmente

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio