3 formas de saber si estás creciendo o sólo sobreviviendo

Introducción

¿Te levantás, tachás pendientes, cumplís responsabilidades… y aun así sentís que la vida se te escapa entre los dedos? Esa sensación de “estoy haciendo mucho, pero no estoy avanzando” es la línea fina entre crecer o sobrevivir.

Crecer implica expansión, sentido y aprendizaje. Sobrevivir, en cambio, es resistencia: hacer lo mínimo para pasar al siguiente día. ¿Cómo distinguirlos? Estas tres señales te ayudarán a verlo con claridad y a empezar a elegir el camino del crecimiento personal y emocional.


1. Energía: ¿terminás el día drenado o con chispa interior?

Sobrevivir

Señal clara: ese agotamiento constante que parece no tener fin. Llegás a la noche sin una brizna de energía para dedicarte a algo que realmente te entusiasme o te haga sentir vivo. En este modo, la vida se vuelve una rutina donde simplemente cumplís con lo que “tenés que hacer” para seguir adelante, sin espacio para vos.

Ejemplo real: cumplís con tu jornada laboral, atendés compromisos familiares, y cuando finalmente aparece la oportunidad de leer ese libro que decís “amar”, preferís dejarlo “para mañana” —y ese mañana nunca llega. Te acostumbraste a sobrevivir, no a crecer.

Crecer

La diferencia es palpable. Sí, sentís cansancio físico después del día, pero también una chispa interna que no se apaga. Sabés que lo que hiciste, por más pequeño que parezca, te acerca a un propósito o a una mejor versión de vos mismo. Ese cansancio no te drena, te alimenta.

Ejemplo real: terminás el día cansado, pero reservás 15 minutos para avanzar en tu proyecto personal o aprender algo nuevo porque sabés que esa pequeña acción te recarga y te impulsa a crecer.

🔄 Cómo moverte hacia el crecimiento

  • Auditá tu agenda y tu rutina diaria: ¿qué actividades te restan energía y cuáles te nutren? Ser consciente es el primer paso para transformar el ciclo de sobrevivir en uno de crecer.
  • Hacé espacio —aunque sea 10 minutos al día— para una acción que te expanda, que te conecte con ese “algo” que te hace vibrar.
  • Recordá: crecer o sobrevivir no es solo una elección externa, es un compromiso interno. Energía llama energía, y cuando empezás a cuidarte desde adentro, todo tu entorno responde.

2. Aprendizaje: ¿repetís patrones o integrás lecciones?

Sobrevivir

Señal clara: vivís en modo repetición. Los mismos problemas vuelven una y otra vez, las quejas son una constante, y las soluciones que buscás no logran cambiar nada. Es como estar atrapado en un ciclo donde cada día se parece al anterior y pareciera que nunca podés salir adelante.

Dato breve: Un estudio de la University College London revela que el 47 % de nuestro tiempo estamos en piloto automático, repitiendo hábitos sin siquiera ser conscientes de ellos. Vivir en este estado es sobrevivir, no crecer.

Crecer

La diferencia está en la mentalidad. En vez de quedarte en la queja o en el victimismo, ves cada desafío como una oportunidad para aprender y evolucionar. Cuando algo no sale como esperabas, preguntás “¿qué puedo aprender de esto?” en lugar de “¿por qué me pasa a mí?”. Esta mirada activa te pone en modo crecimiento, donde cada experiencia suma.

Ejemplo real: cometés un error en el trabajo; lejos de culparte o frustrarte, analizás el proceso, buscás qué salió mal, ajustás y salís con un insight nuevo que te fortalece y te hace avanzar.

🔄 Cómo moverte hacia el crecimiento

  • Empezá a observar tus pensamientos y hábitos: ¿estás en piloto automático o con atención plena? La conciencia es la puerta para dejar de sobrevivir y empezar a crecer.
  • Ante cada problema, hacé la pregunta clave: “¿Qué puedo aprender de esto?” y anotá las respuestas. Convertir los desafíos en datos te prepara para actuar con inteligencia.
  • Recordá que crecer o sobrevivir es una elección diaria. Cambiar tu mentalidad te permite romper ciclos, soltar lo que ya no sirve y crear nuevos caminos hacia una vida con sentido y propósito.

3. Emoción: ¿vivís en ansiedad reactiva o en intención consciente?

Sobrevivir

Señal inequívoca: tus emociones toman el control. Un pequeño contratiempo puede arruinarte el día completo; un éxito pasajero se diluye rápido y pronto volvés a la preocupación o al estrés. Vivir así es estar en una montaña rusa emocional que desgasta y limita tu bienestar.

Ejemplo real: basta un correo inesperado o un comentario fuera de lugar para disparar nerviosismo, enojo o ansiedad, y esa reacción define cómo será tu jornada, muchas veces sin que puedas cambiarlo.

Crecer

La diferencia está en la gestión emocional. No negás ni reprimís lo que sentís, pero decidís cómo responder a esas emociones. Aprendés a interpretar la ansiedad, la frustración o la alegría como señales e información útil, no como un jefe tirano que te controla. Esto te permite actuar con intención consciente en lugar de reaccionar impulsivamente.

Dato breve: Investigaciones de Harvard Business Review muestran que líderes con alta inteligencia emocional son un 31 % más productivos y tienen equipos un 20 % más comprometidos. Eso es crecer en el manejo de uno mismo y en el impacto que tenés en tu entorno.

🔄 Cómo moverte hacia el crecimiento

  • Empezá a practicar la pausa: cuando sientas que una emoción fuerte te invade, respirá profundo y permitite un momento para identificar qué estás sintiendo realmente.
  • Técnica 4-4-4 de respiración: inhalá 4 s, retené 4 s, exhalá 4 s cuando sientas dispararse la ansiedad.
  • Usá técnicas simples como la escritura o la meditación para procesar y entender tus emociones en lugar de dejar que ellas te manejen.
  • Recordá que crecer o sobrevivir también pasa por aprender a ser el líder de tus propias emociones. Cuanto más consciente seas, más espacio creás para elegir y actuar con calma y claridad.
  • Pregunta clave: ¿Esta reacción me acerca o me aleja de la persona que quiero ser?

Elegí expandirte, no solo resistir

Sobrevivir es necesario en momentos de crisis, pero no es un lugar para quedarse a vivir. Crecer no siempre significa grandes logros; muchas veces se trata de sumar pequeñas acciones alineadas con tu propósito, aprender de cada paso y gestionar tus emociones con intención.

Cuando tu energía, tu aprendizaje y tu emoción trabajan para vos —y no contra vos—, estás creciendo, no sobreviviendo. ✔️

💡 ¿Querés herramientas prácticas para acompañar este proceso? Explorá mis recursos recomendados para tu crecimiento personal y emocional 👉 Herramientas para crecer.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio